Una tímida camarera saludó a la madre sorda de un multimillonario: su lenguaje de signos dejó atónitos a todos

Cuando Evan le preguntó dónde había trabajado antes, el dueño se encogió de hombros. «No me lo dijo. No la presioné. Cada uno tiene su historia» Evan notó la forma en que lo dijo, no casualmente, sino intencionadamente. Como si hubiera percibido su cautela desde el principio, pero la respetara lo suficiente como para no entrometerse. Evan deseaba tener esa moderación.

Se nota que ha pasado por cosas -añadió el dueño-. Pero nunca causa problemas. Llega pronto, se va tarde, trabaja duro, la misma rutina todos los días» Evan le dio las gracias, aunque la respuesta no hizo más que ahondar en el misterio. La gente que escapaba de la vida normal seguía siendo portadora de sombras. Lena era portadora de todo un eclipse.