Una niña de 12 años salva a un perro lobo gigante, pero los resultados del ADN revelan algo terrorífico..

Entonces Betty se detuvo. Dejó de contar. Giró la cabeza hacia los árboles y escuchó. Vanessa siguió su mirada y vio un movimiento cerca de las raíces: algo pequeño, plegado sobre sí mismo. Cuando Betty se arrodilló, Vanessa comprendió que no se trataba de una pausa en la rutina, sino del comienzo de algo nuevo.

Era un cachorro pequeño y tembloroso. Betty no lo cogió inmediatamente. En lugar de eso, se sentó a su lado, doblando las piernas como hacía siempre que el suelo se sentía inseguro. Vanessa contuvo la respiración, esperando que el animal se estremeciera o se escabullera.