Un pescador creía haber encontrado una almeja enorme, pero palidece al mirar dentro

Al principio, supuso que se trataba de escombros, tal vez una vieja viga o un aparejo arrancado por las tormentas. Pero su forma curvada y su pesada armadura de percebes lo asemejaban a un enorme caparazón. Curioso y cauteloso, lo subió a bordo con un gruñido, sin saber que el objeto pondría en tela de juicio todo lo que había creído hasta entonces.

Rowan volvió a arrodillarse sobre el objeto y golpeó suavemente la costura. Algo se movió en su interior, un leve tintineo que confirmó el contenido oculto. Se le hizo un nudo en el estómago. Cogió una herramienta de punta plana, la deslizó por debajo del hueco y apretó con una presión lenta y constante, temeroso de que la más mínima fuerza pudiera dañar lo que fuera que hubiera estado sellado dentro.