Su madre llevó un vestido de novia a su boda: la reacción del novio la dejó atónita

Rowena se ofreció a ayudar a su manera: práctica, mesurada y nunca entrometida. Preguntaba qué necesitaba y hacía cosas por ella. Ashley le estaba muy agradecida, pero no podía dejar de notar la moderación de Rowena. Parecía más una tarea de deber por su parte que de amor, y a Ashley le dolía.

Bill se reunió con el padre y la madrastra de Ashley una tarde tranquila y cálida. Se suponía que no tendría complicaciones. Ashley esperaba nervios suaves y una conversación educada. En cambio, casi de inmediato, sintió que algo se movía bajo la superficie, una sutil tensión que no venía al caso, instalándose en la habitación antes incluso de que nadie hablara mucho.