Sebastian estaba a punto de retirarse cuando se dio cuenta de la reacción de la chica: se quedó paralizada, claramente asustada, y se puso rápidamente todo en su sitio. Observó cómo ella cogía sus pertenencias a toda prisa y corría escaleras arriba, desapareciendo de su vista.
Al ver cómo se desarrollaba toda la escena, las piezas empezaron a encajar para Sebastian. El escabullirse de la chica, su pánico ante el regreso del hombre… todo apuntaba a algo que él no había considerado antes. Rodeó la casa en silencio y se acercó a la puerta principal.