Una chica de 18 años saluda a la policía todos los días – El día que no lo hace su instinto le dice que revise su casa

Para su sorpresa, la chica había entrado por una ventana rota de la cocina. Sebastian se quedó helado: ¿estaba forzando la entrada? ¿Por qué iba a colarse en una casa en la que supuestamente vivía? La confusión se agitaba en su interior mientras la observaba desde la distancia, sin saber qué intenciones tenía.

Al asomarse por la ventana de la cocina, Sebastian vio a la chica moverse despreocupadamente, como si perteneciera al lugar. Abrió la nevera, cogió comida y se preparó un plato. Todo era tan normal, excepto que el hombre había negado su existencia.