Sebastián salió del coche con cuidado y observó la figura de cerca. Se movía rápida y silenciosamente. Mientras la seguía desde una distancia prudencial, su corazón se aceleró al ver a la oscura figura trepando por la cocina. ¿Había alguien intentando entrar en la casa?
No llamó a la persona. En su lugar, observó en silencio, decidido a encontrar respuestas. Cuando la persona cruzó el patio delantero, Sebastian se dio cuenta de algo: ¡era la chica! Era la chica de la ventana Sebastian permaneció oculto, siguiéndola mientras rodeaba el patio trasero de la casa.