La noticia se difundió rápidamente. Al mediodía, ya habían llegado los primeros equipos de cámaras. La noticia corrió como la pólvora por las redes sociales. ¿Un tigre y un cachorro? ¿Juntos? La gente reía, lloraba, discutía, especulaba. Se formaron hashtags. «#PupAndPaw» fue tendencia en cuatro países. La gente dejó juguetes para perros a las puertas del zoo.
Dentro del recinto, Meera se había convertido en una criatura diferente. Volvió a jugar. Se revolcaba en la hierba. Incluso lanzó una pelota por el patio, algo que no había hecho desde que murió su cachorro. Cuando Nibbles ladraba, ella le seguía. Cuando él gemía, ella respondía. Como si fuera una señal.