Un chico es rechazado en todas las fiestas de graduación, pero lo que ocurre dos semanas después deja atónito a todo el colegio

A la tercera semana, se había convertido en un chiste, un chiste que iba de un pasillo a otro. Apareció una cuenta falsa de Instagram que se burlaba de su ropa, su postura y su forma de escribir en los foros. No se lo dijo a sus padres. Acababan de desarraigar sus vidas de nuevo por otro traslado laboral, y él no quería ser otro problema más encima de las facturas y las cajas.

En marzo, caminaba con los hombros metidos hacia dentro, encogiéndose sin darse cuenta de que lo hacía. La escuela se movía a su alrededor como una corriente contra la que no podía nadar. Y entonces llegó la temporada de los bailes de graduación, la purpurina y los carteles y las conversaciones en voz alta sobre vestidos y trajes y citas. Algo alegre para todos los demás se convirtió en un foco del que él no podía salir.