«O de cualquier otra persona que tuviera acceso», replicó Cooper de manera uniforme. No levantó la voz. Sabía que no tenía que gritar para dejar claro su punto de vista. La propia sugerencia cambió el silencio de la sala.
Merritt levantó una mano en señal de calma. «Lo confirmaremos antes de concluir», dijo. Su tono se mantuvo neutral, pero el equilibrio en el aire ya había cambiado.
