Una mujer encuentra a su perro en el patio trasero, ¡y lo que ocurrió a continuación le hizo llorar!

Cuando la pata del perro se soltó, Maya perdió el equilibrio. Su talón se hundió en el suelo blando y, antes de que pudiera recuperarse, cayó hacia atrás con un gruñido ahogado. Su poncho golpeó el barro con una bofetada. Permaneció allí un momento, sin aliento, con la lluvia salpicándole la cara.

Se incorporó, agarrándose a la valla con un guante, con el corazón martilleándole. Le dolían las rodillas por la caída, pero se obligó a levantarse, lanzando una mirada cautelosa al perro. ¿Iba a embestir? ¿A morder? Pero se quedó quieto, en silencio, observándola.