El salto de los celos al pavor no se hizo esperar. Adam se convenció de que Clara no se había ido sin más. Se había ido para encontrarse con alguien y algo había salido terriblemente mal antes de que pudiera regresar. ¿Habría tenido un accidente? ¿La habían secuestrado?
mientras rebuscaba en el viejo cajón de Clara en busca de pistas, Adam encontró una página arrugada arrancada de su cuaderno. Había una dirección garabateada con letra apresurada. No la reconoció, pero el garabato irregular le hizo sentir una opresión en el pecho, como si insinuara algo urgente.
