Un hombre esconde el pasaporte de su novia como broma y ella desaparece sin dejar rastro..

Adam deslizó el pasaporte de Clara detrás del radiador con una sonrisa, ensayando ya la burla que esperaba cuando ella se diera cuenta. Se suponía que era una broma tonta e inofensiva antes de su viaje de fin de semana. Pero cuando volvió a entrar en el salón, Clara ya no estaba y el apartamento parecía inquietantemente tranquilo.

Sacó el teléfono y la llamó, esperando el timbre familiar y un suspiro medio divertido. Pero la llamada saltó directamente al buzón de voz. Volvió a intentarlo. Imposible localizarla. Su abrigo había desaparecido del gancho, pero quedaban algunas de sus camisetas y su cepillo de dientes. Algo no encajaba.

Frunciendo el ceño, volvió al radiador para terminar la broma, metiendo la mano por detrás para recuperar el pasaporte y explicárselo todo. Sus dedos sólo encontraron polvo y metal. No había pasaporte. Se quedó mirando el hueco vacío, intentando recordar el lugar exacto. El miedo se enroscó silenciosamente en su pecho.