Esta anciana vive en un viejo cobertizo, ¡pero espere a ver su interior!

Su madre se rió, con un sonido ligero y desdeñoso. «¿Una bruja? James, ¿por qué viviría alguien en ese cobertizo destartalado? No es real, cariño. Las brujas no existen en la vida real» Le dio unas palmaditas tranquilizadoras en la mano. Normalmente, James la habría creído, pero después de lo que había visto, ya no estaba tan seguro.

Tragó saliva, la incertidumbre crecía en su pecho. Las palabras de su madre no le hicieron sentirse mejor. Había visto cosas que no encajaban, cosas que no podía explicar. Pero una cosa era cierta: tenía que alejarse de aquel cobertizo y de la anciana que vivía allí. Se prometió a sí mismo que no volvería a acercarse.