Nunca fui la favorita de mi padre-26 años después descubrí por qué

El punto de inflexión llegó un verano, cuando su padre anunció un viaje para los tres hijos. No era habitual que planeara excursiones, y a Miriam le encantó la idea. Condujeron hasta el lago, con las ventanillas bajadas y el aire impregnado de olor a pino y agua. Daniel estaba tumbado en el asiento trasero, presumiendo de cuántos peces había pescado.

Elise tarareaba con la radio. Miriam apoyó la frente en el cristal, pensando que tal vez esta vez sería diferente, que tal vez llegaría a ver la versión de su padre que una vez la había llevado a hombros. Al principio, le pareció casi normal. Cebó el anzuelo de Daniel, enseñó a Elise a mantener firme el sedal e incluso le señaló las ondulaciones donde podían reunirse los peces.