Los agentes escucharon atentamente, con los rostros tensos mientras examinaban las páginas. Enviaron unidades al almacén. Horas más tarde, informaron de que habían encontrado a Alden aún atrapado pero vivo, junto con la cámara acorazada y los archivos restantes. Alden fue detenido, gritando que Rowan lo había entendido mal, que mentía.
Los investigadores aseguraron el cofre y lo transportaron a una instalación controlada. Los especialistas en documentos empezaron a catalogar lo que el padre de Rowan había conservado. Los papeles, dijeron, parecían auténticos y condenatorios: capas de fraude, sobornos y puesta en peligro deliberada de barcos. Rowan observó a través del cristal cómo la caligrafía de su padre pasaba del misterio a la prueba.
