Un elefante colocaba piedras en una esquina de su recinto y los expertos descubrieron el motivo

Tenía las orejas ligeramente levantadas y la trompa inmóvil, alerta, pero no asustada. Concentrada, de una forma que María nunca antes había visto en ella. «¿Lila?» María llamó suavemente mientras se acercaba a la valla. «¿Qué estás mirando?»

No obtuvo respuesta. Lila no movió una oreja ni cambió de postura. Mantuvo su atención fija en esa esquina como si estuviera esperando que algo se moviera… o escuchando algo que María no podía oír. María comprobó el suelo desde la distancia.