«¿La verdad? La verdad es que nos dejaste. Antes incluso de que me lo pidieras. Antes incluso de que la miraras el tiempo suficiente para verte en ella» Los labios de James se entreabrieron, pero no salió ninguna palabra. Pareció perdido por un momento, sólo un hombre de pie bajo la lluvia, sosteniendo su duda como un arma que ya no sabía cómo usar. Emily negó con la cabeza, dando un paso atrás.
«Pronto tendrás tu verdad», dijo. «Sólo espero que valga lo que cuesta» Se dio la vuelta y se dirigió a su coche. Él no la siguió. Cuando le puso el cinturón al bebé y salió del aparcamiento, pudo verle por el retrovisor, allí de pie, inmóvil, esperando los resultados que decidirían el resto de sus vidas.
