Mi hija (19) empezó a ver a un hombre (43) contra nuestra voluntad

Volví a pensar en mi juventud, en lo mucho que me había gustado el secretismo y en cómo las preguntas de mis padres parecían siempre acusaciones. ¿Nos estábamos convirtiendo en nuestros padres? ¿Estaba simplemente protegiendo su independencia? ¿O había algo más en su silencio? El recuerdo no me consolaba; sólo agudizaba mi temor.

Las sospechas de Martin se hacían más pesadas cada día. Se quedaba junto a la ventana al anochecer, esperando a que ella regresara. Seguía la pista de las veces que ella llegaba tarde y de las horas que faltaban. «Así es como empieza», murmuró en voz baja, como si estuviera ensayando y preparando una tragedia.