Una niña de 19 años da a luz: cuando el médico le pregunta quién es el padre, rompe a llorar

Elise había conocido a mujeres que querían silencio, por orgullo, pena o miedo, pero no estaba segura de cuál era el caso. No era vacío; parecía una defensa. Cada palabra que no decía le parecía un muro que estaba desesperada por mantener en pie.

La enfermera escribió «paciente estable» en su ficha, pero no era cierto. No había nada estable en una chica que no podía mirar a su propio hijo ni decir el nombre del padre en voz alta. Elise debería haberse marchado, pero algo en la fragilidad de Olivia la ancló a la joven madre.