Un gato montés irrumpe en un hospital y una enfermera llora al ver lo que lleva en la boca

Al reflexionar sobre su viaje, Katie supo que había tomado la decisión correcta al seguir al gato montés hacia lo desconocido. La había llevado a un lugar de felicidad inesperada, un mundo donde el amor y la gratitud fluían libremente de sus nuevos amigos peludos. Y cuando les miró a los ojos, supo que no sólo había encontrado compañía, sino una conexión profunda que duraría toda la vida.