Aunque un veterinario habría sido su primera opción para las peculiares necesidades de las criaturas, la realidad de su situación les llevó a otra parte. El hospital, con sus luces brillantes y su promesa de atención, no sólo estaba más cerca, sino que era la opción más factible, dado que iban a pie. La urgencia del momento no dejaba lugar a dudas. A su decisión se sumó el hecho de que la sexta criatura, la que inicialmente les había conducido al bosque, ya estaba allí.
Irrumpiendo en Urgencias, Katie pidió ayuda urgentemente. Para su alivio, un veterinario experimentado estaba preparado y evaluó rápidamente la situación. Con firmeza pero con delicadeza, indicó a Katie y a Peter que colocaran a las criaturas en las mesas de exploración. Sin embargo, cuando Katie se dispuso a seguirle, el veterinario la detuvo con la mano extendida.