Una manada de lobos irrumpe en una escuela primaria y una profesora llora al ver lo que lleva uno de ellos en la boca

Exploraron la zona rápidamente, con la mirada alerta y concentrada, asegurándose de que nadie estuviera en peligro inmediato. «Por favor, que todo el mundo mantenga la calma», anunció un agente, con voz autoritaria pero tranquilizadora, rompiendo la tensión que se respiraba en el ambiente.

Tina, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho, se adelantó y condujo a los agentes al almacén. «Por favor, mantengan las distancias», suplicó, con voz firme pero cargada de urgencia. Señaló hacia los lobos y su acompañante, indicando lo delicado de la situación. Justo cuando Tina estaba negociando con los policías, ocurrió algo totalmente inesperado.