Un hombre tuvo que sacrificar a su perro porque no tenía dinero para el tratamiento, pero el veterinario hizo algo inesperado

La mujer le mostró cifras asombrosas: miles de dólares prometidos de la noche a la mañana para cubrir la operación de Rusty. «Mira», insistió, dando golpecitos a un rastreador de donaciones que seguía subiendo. «No estás solo» Derrick miraba incrédulo, con la adrenalina por las nubes. «Creía que era una estafa», murmuró, con la voz temblorosa por el alivio.

Recordó las llamadas que había ignorado mientras trabajaba, tachándolas de spam. «¿Cómo podía importarle tanto a unos desconocidos?», murmuró, con el corazón martilleándole. Entonces recordó que había dado sus datos bancarios en el veterinario para la última intervención de Rusty, información que ahora alimentaba un torrente de generosidad en todo el mundo.