Una madre deja que un veterano ocupe su asiento en el avión y se pone pálida cuando se da cuenta de quién es..

Al cabo de unos segundos, se aclaró la garganta, con voz débil. «Disculpe», consiguió decir. Se levantó despacio, apoyándose en el reposabrazos, y se dirigió hacia el lavabo sin mirar a ninguno de los dos a los ojos. Elise lo observó, inquieta por el temblor de sus movimientos.

El hombre cerró la puerta del lavabo tras de sí y Elise lo imaginó apoyado en ella, recogiéndose. No sabía qué pensar de todo aquello: de su reacción ante el collar y, ahora, de aquella reacción abrumadora ante la foto de su abuela.