Asha se agachó junto a Jamie. «¿Le echas de menos?» Jamie asintió. «Pero quizá ahora pertenezca allí» Asha sonrió. «¿Quieres visitarlo de cerca?» Los ojos de Jamie se abrieron de par en par. «¿En serio?» Asintió. «Tendremos cuidado. Creo que Meera lo permitirá»
A la mañana siguiente, bajo supervisión, Jamie entró en un pequeño recinto junto al hábitat de Meera. Nibbles corrió a saludarle, moviendo la cola salvajemente. Jamie lo cogió en brazos, riendo entre lágrimas. Meera estaba cerca, quieta y vigilante. «Te lo presta», susurró Asha. «Sólo un rato»