Sin embargo, ser un perro callejero en Estambul es distinto de serlo en cualquier otra parte del mundo. La ciudad tiene un programa que protege a los numerosos perros callejeros que deambulan por las calles. El ayuntamiento proporciona comida, y hay programas de esterilización y servicios de urgencias para todos los animales callejeros.
Encontrar comida suficiente no es un reto para Boji. Hay comederos y bebederos para animales escondidos en las esquinas de restaurantes o casas, así que Boji sabe adónde ir, según Chris. El ayuntamiento está pensando incluso en colocar folletos sobre Boji en el sistema de transporte público para orientar a la gente sobre cómo interactuar con él.
