Durante todo el día, Reggie permaneció en su cama, negándose a comer y mostrando más agitación de lo habitual, sobre todo cuando Cassandra intentó trasladarlo de nuevo al vivero. Se preguntó si sólo estaba de mal humor o se encontraba mal. Al notar algo extraño en su aspecto, se preguntó si eran imaginaciones suyas o si había cambiado de tamaño de la noche a la mañana.
Preocupada por su bienestar y temiendo que algo fuera mal, Cassandra decidió llevarlo al veterinario local, el Dr. Hanson, un hombre de mediana edad conocido por su actitud tranquila y su experiencia en el tratamiento de animales exóticos. Sin duda, algo le pasaba a su querido compañero.