Un hombre encuentra una «serpiente» en su retrete – Cuando el experto la ve, susurra: «Eso no es una serpiente…»

La mente de Cassandra era un torbellino. ¿Cómo había podido estar tan ciega ante la verdadera naturaleza de su querida mascota? Durante semanas había ignorado las verdaderas intenciones de Reggie, durmiendo profundamente con él acurrucado alrededor de su cuerpo. Ahora, sólo pensarlo le producía escalofríos.

No podía evitar sentirse tonta por no haber reconocido las señales. La forma en que Reggie se había enroscado alrededor de ella, la forma en que la había observado con su mirada penetrante. Ella había interpretado estas acciones como afecto y lealtad, pero por desgracia la realidad distaba mucho de ser reconfortante. La reconfortante idea de que su serpiente la vigilara durante la noche ahora le parecía aterradora. ¿Qué ha hecho?