Ethan le siguió, firme y silencioso, ofreciendo sólo un gesto de asentimiento a los oficiales que le agradecieron de nuevo su rapidez mental. Cuando pisaron tierra firme, el caos del día comenzó a parecer irreal, como una pesadilla que ya se estaba desvaneciendo. Liam se volvió hacia Ethan, con voz áspera pero segura. «Si no hubieras empujado ese boom…»
Se interrumpió, incapaz de terminar. Ethan le miró, con ojos cansados que se suavizaban. «Tú habrías hecho lo mismo», dijo. El joven sacudió la cabeza y una leve sonrisa se abrió paso entre el cansancio. «No, seguiría congelado allí» «Entonces quizá por eso siempre me reservas», replicó Ethan en voz baja.
