El alivio de Leah al encontrar pruebas se convirtió rápidamente en conmoción cuando Samuel apareció en la grabación. No estaba atacando a nadie; estaba de pie cerca del contenedor, mirando. Leah vio cómo Samuel daba un paso vacilante hacia el atracador que huía, intentando intervenir.
Se quedó sin aliento cuando las imágenes mostraron cómo el atracador empujaba con fuerza a Samuel, haciéndole chocar contra la pared de ladrillo. Leah se estremeció al ver la cabeza de Samuel golpeando la pared, comprendiendo ahora cómo se había hecho el corte que condujo a su detención.