El objetivo era claro: garantizar que ningún otro animal del zoo tuviera que soportar nunca una situación tan alarmante y angustiosa como la de Lola. El zoo de Ardenwood se sometió a importantes reformas, mejorando las prácticas de bienestar animal en todos los ámbitos.
Estas reformas fueron exhaustivas y tenían por objeto abordar todos los aspectos del cuidado de los animales, garantizando que se cumplieran y mantuvieran las normas más estrictas. El primer paso fue una revisión exhaustiva de los protocolos y prácticas existentes.