La risa de la anciana era cálida, pero había tristeza en sus ojos cuando continuó. «La gente de este barrio cree que soy una bruja porque vivo sola en este cobertizo y hago las cosas de otra manera. Pero no lo soy. Sólo intento sobrevivir» Continuó explicando el caldero, los huesos y los cuchillos.
«Cocino al aire libre porque no tengo dinero para una conexión de gas», explica. «Los huesos son de pollo y pescado que encuentro en la basura. ¿Y los cuchillos? Los uso para tallar madera y hueso para hacer estos atrapasueños»