Esta anciana vive en un viejo cobertizo, ¡pero espere a ver su interior!

El interior no se parecía en nada a la guarida de una bruja. En cambio, parecía una cabaña encantadora y pintoresca, sacada directamente de una película de Disney. Las paredes estaban adornadas con atrapasueños hechos de ramas, plumas y conchas. Se respiraba una elegancia sencilla, en marcado contraste con la oscura imagen que había pintado en su mente.

James se quedó helado, con los ojos fijos en la inesperada belleza del cobertizo. Había esperado algo siniestro, pero en su lugar encontró un espacio pacífico y acogedor. Mientras contemplaba el cobertizo, su mirada se posó en la anciana, que yacía cerca de las escaleras, acurrucada por el dolor.