Esta anciana vive en un viejo cobertizo, ¡pero espere a ver su interior!

Cuando llegó a casa, James se sentía entumecido. En su mente seguían enredadas las visiones del cobertizo, los objetos extraños y la inquietante mujer. Durante la cena, no escuchaba la voz de su madre. Ella hablaba de su padre, de planes para el fin de semana, pero él sólo podía pensar en la misteriosa mujer y en el inquietante cobertizo al final de la calle.

«James, cariño, ¿has oído lo que he dicho?» La voz de su madre atravesó la niebla de su mente. Parpadeó y se dio cuenta de que no había oído nada. «Ha llamado tu padre. No podrá venir este fin de semana. Está en el trabajo» Normalmente, esto le habría hecho sentir una punzada de decepción, pero esta noche, apenas lo notó.