Un agente se acercó a Evan con cuidado. «¿Estás herido?» Evan negó con la cabeza, aferrando aún el maletín. «Esa unidad pertenecía a tu padre», dijo el agente en voz baja. «Era uno de nuestros mejores agentes. Almacenaba pruebas del doble trabajo de Calder. Calder estuvo tras ella durante años, y ésta era su última oportunidad» Evan sintió que las rodillas le flaqueaban bajo el peso del conocimiento.
El agente abrió el maletín con cuidado, revelando dosieres, cuadernos codificados y unidades de disco encriptadas que apuntaban a Calder. «Tu padre lo guardó todo, pero no sabíamos dónde», dijo el agente. «Calder le silenció antes de que pudiera decírnoslo. Ahora era la última oportunidad de Calder. Sabía que nos acercábamos a él» Evan se agarró al borde del maletín, luchando contra oleadas de dolor.
