Ni siquiera preguntó por qué. Esa noche, el silencio en la casa parecía diferente. Más ligero. Marc abrió una botella de vino. Clara estaba sentada en el sofá con Leo acurrucado a su lado, con un dibujo animado tarareando tranquilamente de fondo.
«Entonces… ¿se acabó?», preguntó en voz baja. Marc asintió. «El oficial dijo que la acusarán. Las pruebas que aportamos, más las que ya tenían, son suficientes» Clara se inclinó hacia él. «No dejo de pensar en lo cerca que estuvo»