Un niño desaparece de un crucero y años después encuentra a sus padres

Desde el viaje, las visiones habían rondado los rincones de su mente. Una pasarela, una muñeca, gritos ahogados. Había intentado racionalizarlas: tal vez un sueño, tal vez un recuerdo de una película de la infancia. Pero la lógica se resquebrajaba con demasiada facilidad. Las imágenes no eran vagas. Parecían vividas. Reales. Como si se hubiera abierto una puerta.

Incluso en casa, rodeado de calidez y familiaridad, los recuerdos le perseguían como sombras. Se sorprendió a sí mismo mirando al vacío durante la cena, apenas saboreando la comida. Las risas se convirtieron en ruido de fondo. Sus padres se dieron cuenta, por supuesto, pero fue Daisy quien finalmente se acercó.