Un niño desaparece de un crucero y años después encuentra a sus padres

Cuando el barco se deslizó junto a la figura de un pirata que se adentraba por una pasarela en el mar, Lucas se quedó helado. Le zumbaron los oídos. Agudos, agudos. La vista se le nubló. A continuación, un torrente de imágenes inconexas le atravesó la cabeza como un relámpago: una muñeca, agua, voces que gritaban, una pasarela, caras inclinadas hacia abajo.

Duró unos segundos. Quizá menos. Pero cuando terminó, Lucas estaba encorvado hacia delante, agarrándose las sienes con ambas manos, con la respiración agitada. El zumbido cesó. Frente a él, Rose miraba, pálida y alarmada. «¿Lucas?», susurró. «¿Qué te pasa? ¿Estás bien?