«Tu madre habría querido que empezaras tu vida de casado en una casa bonita» Hizo una pausa, con los ojos llenos de emoción. «He ahorrado cada céntimo que he podido durante años, con la esperanza de darle a mi hijo una vida mejor. Este es mi regalo para los dos: un hogar para empezar vuestra nueva vida juntos»
El impacto de sus palabras fue profundo. Los padres de Eloise, especialmente su padre, parecían visiblemente conmovidos, y sus anteriores juicios fueron sustituidos por un nuevo respeto. El padre, con los ojos ahora más tiernos, dio un paso adelante. Le tendió la mano al conserje, con la voz cargada de emoción. «Me equivoqué», admitió, «y lo siento. Me has demostrado que la verdadera riqueza no tiene que ver con el dinero o el estatus, sino con el amor y el cuidado que damos a nuestra familia.»
