¿Alguien puede ayudar? Un hombre herido se desploma en una calle atestada de gente

Harold echó un vistazo a la multitud, cuya actitud pasiva le hacía sentirse cada vez más insignificante. Se preguntó si su participación marcaría alguna diferencia en medio del mar de espectadores. Con un suspiro, Harold decidió que no tenía tiempo para involucrarse.

Las acuciantes preocupaciones de su propio día, unidas a la aparente falta de urgencia de los que le rodeaban, le llevaron a retirarse. Se apartó de la escena, con el corazón cargado de una mezcla de culpa y frustración, pero finalmente resignado a la idea de que era incapaz de causar un impacto significativo.