¿Alguien puede ayudar? Un hombre herido se desploma en una calle atestada de gente

La indiferencia de la multitud y su reticencia a implicarse crearon un escalofriante eco de inercia colectiva, en el que la presencia de tantos sólo parecía amplificar la sensación de inacción. La difícil situación de Joe se veía eclipsada por la pasiva fascinación de los espectadores, que se conformaban con seguir siendo espectadores en lugar de participar en la solución de la urgente necesidad que tenían ante sí.

Entre la multitud de espectadores indiferentes había un anciano llamado Harold. Su rostro curtido mostraba líneas de preocupación mientras se acercaba a Joe, impulsado por una creciente preocupación por el bienestar del hombre. Los pasos de Harold eran lentos y deliberados, su frágil cuerpo se movía con un paso cuidadoso, casi vacilante.