Aun así, no entró en tromba en el baño. El recuerdo de su última discusión no la abandonaba: lo rápido que habían ido las cosas, lo difícil que había sido reponerse. Si se enfrentaba a él ahora, sin nada más que un olor, volvería a ocurrir.
En lugar de eso, decidió esperar. Si había algo, necesitaba algo más que una sospecha. Necesitaba algo que pudiera señalar, algo que él no pudiera eludir. Así que cuando Connor salió de la ducha, mantuvo la calma y le preguntó si podía quedarse con su portátil, ya que el suyo estaba descargado.