Un cachorro no deja de abrazar a su amigo antes de dormirlo: el motivo te dejará atónito

La habitación que la rodeaba parecía cerrarse, las paredes resonaban con el peso de su confianza rota. Las emociones se apoderaron de ella: incredulidad, ira descarnada y una férrea determinación que ardía más a cada segundo que pasaba.

Su mente giraba en espiral, ahogada por el peso de las aterradoras implicaciones. Cada escenario parecía más oscuro que el anterior, y el pulso le latía con fuerza en los oídos mientras luchaba por aferrarse al frágil hilo de la compostura. El caos se arremolinaba a su alrededor, amenazando con hundirla.