Decidido a resolver el problema de una vez por todas, Marco llamó a la policía. Cuando llegaron los agentes, hubo un poco de alboroto, ya que a Marco le pareció oír murmullos apresurados y algunos correteos. La policía pidió a la pareja que abriera.
Quince minutos más tarde, la puerta estaba abierta de par en par. Su tío presentó una carpeta con fotocopias, cicatrices de rotulador fluorescente y banderitas adhesivas. «Hemos encontrado irregularidades», anunció. «Tu cadena de escrituras, la transferencia de tu abuela, contiene un lenguaje ambiguo» Los policías parecían tan sorprendidos como Marco.