Un hombre encuentra una habitación oculta mientras hacía reformas y lo que hay dentro le hace llamar al FBI

Lo que más le inquietó fue el origen: las venas no eran aleatorias. Todas partían de un único punto en lo más profundo del espacio oculto. Un enorme bloque de cemento. Más nuevo que el resto de la casa. Color equivocado, textura equivocada, todo equivocado. Alguien había sellado algo.

«Dan», dijo Megan, ahora con voz temblorosa, «tenemos que abrir ese cemento. Sea lo que sea… no es normal» Daniel tragó saliva. Sabía que tenía razón. También sabía que una vez que rompieran ese bloque, no habría vuelta atrás.