Pensé que deberías saberlo» Raymond se quedó mirándola un instante, tratando de calibrar la seriedad de su voz. No parecía que estuviera bromeando. «¿Algo se mueve?», repitió. Ella asintió. «Parecía… raro. No sé lo que era.
Pero ahora está ahí tirado. Creo que se ha quedado atascado» Una ráfaga de viento se interpuso entre ellos y esparció una capa de nieve por el porche. Raymond se frotó la nuca, inquieto. «Está bien», dijo finalmente.