«Tiene que ser una broma» No tenía sentido. Ya no había granjas cerca, al menos ninguna con ganado suelto. Y, desde luego, no había razón para que un cerdo estuviera fuera con un tiempo así. Claro, los cerdos podían sobrevivir en el frío, pero esto era diferente. Hacía un frío mortal.
La sensación térmica era negativa. La nieve se acumulaba rápidamente. ¿Qué demonios hacía aquí? El cerdo volvió a moverse, gruñendo suavemente, con su grueso cuerpo temblando de cansancio. No se levantó. Ni siquiera lo intentó. Se limitó a mirarlo con ojos cautelosos, como si lo estuviera evaluando, como si estuviera calculando si era amigo o enemigo.