Un hombre encuentra un gato a punto de congelarse, ¡pero lo que escondía bajo el vientre es increíble!

Cuando Alan se acercó al gato, se movió con deliberada lentitud para no asustarlo. Colocó el atún al alcance del gato, y el penetrante aroma flotó entre ellos. La nariz del gato se agitó al percibir el olor, pero permaneció en su sitio, con los ojos fijos en lo que tenía debajo.

Sin inmutarse, Alan continuó dejando un rastro de atún, cada trozo conduciendo gradualmente hacia el cobertizo. Se movió metódicamente, con el aliento empañado en el aire, depositando un pescado tras otro hasta llegar a la entrada del cobertizo.