Un hombre encuentra un gato a punto de congelarse, ¡pero lo que escondía bajo el vientre es increíble!

Cerró los ojos, respiró hondo y se estabilizó contra la creciente oleada de pánico. Tenía que haber una forma de hacerlo. Alan miró por la ventana, sintiendo el peso de la situación presionándole.

Sabía que necesitaba un enfoque diferente. Volvió a mirar al gato, estudiando su pelaje enmarañado y su cuerpo delgado. El gato parecía frágil y débil, temblando sin control en el frío brutal. Una idea parpadeó en su mente: tal vez podría atraer al gato con comida.